Hay algo que te da el lápiz que no te da el mouse, hay algo que te da el mouse que no te da el lápiz. Sospecho que algo de ese algo habita por fuera de ciertos ejes, de ciertas coordenadas, por fuera de fórmulas o numeritos cambiando a medida que el cursor transita una mesa de trabajo o un cacho de pantalla llamada mesa de trabajo. Creo que hay algo que es más amigo del azar, del error (si une se lo permite). Algo que se relaciona mucho más con las emociones y no tanto con la frialdad de los softwares. No digo, ni pienso estar en contra de la computadora (no quisiera ser uno de los primeros en morir cuando tomen el control de este mundo). Entiendo que ella dejó de ser una herramienta para llegar a ser un medio, más aún en la disciplina del diseño (¡viste! sí te quiero, no me mates). A esto lo explica muy bien Enrique Longinotti en el podcast “Forma” al conversar con Sebastián Gagin. Actualmente el diseño está atravesado por dicho medio, y casi que lo define. Sin embargo, lejos de poner en discusión todo eso, pienso más que nada en tensionar lo analógico y lo digital, en poner en crisis la relación de ambos mundos. Entonces, se me viene a la cabeza el habitar, el divagar, el orbitar, el profundizar en cada mundo de manera recíproca. En realizar un viaje entre cada meseta, entre cada arista, cada montaña, cada pampa, cada vector. Entonces, claramente, el título de este artículo es un engaño. No voy a buscar la contraposición, sino la relación más amigable.
Uno de estos dos mundos nos garantiza que no vamos a perder tiempo ¿Qué mundo piensan que es quien brinda y sostiene tal garantía? Sí, el digital ¿Será cierto? De ser así ¿Cuán de cierto tendrá? Qué mucho que teorizamos sobre los extremos. Nos cuesta horrores creer que existen grises. Insisto, no estoy en contra. Pero tomo esta premisa, la de "perder tiempo" y por defecto la de "ganar tiempo", para adentrarnos de lleno en el conflicto. Este conflicto trae una tormenta y en el ojo de la misma hay una palabra que gira y gira sin que nadie la tome, sin que nadie la ancle a tierra firme. Aquella palabra se hace llamar “metodología” y es esencial –no por nada está en el vórtice–. Y volvemos a esto del tiempo, lo cual a mí me hace pensar en una relación básica, en una simple triada compuesta por: tipo de laburo, metodología y medio. ¿Todo puedo resolverlo con la compu? ¿Todo puedo resolverlo con el lápiz? ¿No será que, como trabajador/a del diseño me tengo que plantear en qué etapa creativa del laburo puedo ayudarme de tal herramienta, de tal medio? Algo que aprendés cuando te recibís es a generar tu propia metodología. Algunes tardarán más en reconocer esos procesos, otres la descubren mientras son estudiantes, no lo sé, pero en algún momento tenés que pensar en la metodología de tu laburo. Vivimos en un mundo capitalista, donde nos han marcado a fuego que el tiempo es plata, por ende, todo cliente que te contrata quiere las cosas para ayer. Ante este panorama, se vuelve fundamental un método, no solo para poder resolver tus trabajos de la manera que más creas conveniente, sino también para entregarlos a tiempo. Sin embargo, a la expresión "perder tiempo" también hay que ponerla en crisis, aún más cuando estamos creando algo en el plano proyectual. Habrá proyectos que tengas que resolver desde lo más amplio hasta la particularidad más ínfima, como también otros que tendrás que comenzar desde un detalle y desde ahí ir complejizando todo un sistema. Digo esto, porque está bueno pensar en la versatilidad a la hora de pensar en la metodología. Para ello, es fundamental tener un buen porcentaje de etapas de bocetos. Si nos vamos a la definición de boceto, la RAE nos dice: Esquema o proyecto que contiene solamente los rasgos principales de una obra artística o técnica. Esto quiere decir que si nosotros plasmamos las ideas principales de un proyecto, ya sea con lápiz, témpera, collage, etc. vamos a comenzar de una manera muy rápida y eficiente. la contracara de este ejemplo es una persona sentada, quieta, con una compu al frente, un software abierto y sin saber qué hacer.
Desde mi experiencia, siempre trato de generar un diálogo entre ambos mundos, un ida y vuelta donde las etapas de mi metodología sean más aprovechables. Y sí, si lo medís en perder o ganar tiempo, con mayor certeza te digo que nunca vas a llegar a buen puerto si solo navegás por uno de estos mundos. No quiero decir que no lo puedas hacer. De hecho, es probable que alguien que sepa manejar muy bien algún software específico resuelva “x” laburo de manera completa con ese software, como también alguien que maneje muy bien un lápiz, ok, pero, no va por ahí el debate. Pienso más en les estudiantes de diseño. En aquellas personas que todavía no se conocen, ni se autoperciben como futuros profesionales. Esa persona, no podrá resolver un trabajo completo con un software o al menos no como dicha persona se lo imaginó. Le saldrá otra cosa, otro diseño, algo parecido a lo imaginado. Por supuesto que lo defenderá a capa y espada, porque quizá se juegue un aprobado, una materia. Pero en el fondo, todo docente y hasta esa persona sabe que eso no es lo que quiso hacer de corazón. Y aquí creo que hay algo muy importante: el corazón. Si no le ponés corazón, amigue, estás frito.
En conclusión, no te digo que andés con el lápiz en el bolsillo, dibujando y escribiendo por toda superficie que encuentres (o sí), sino que en la instancia de boceto, o en alguna otra, probés de tirar algunos garabatos sobre el papel. Por lo menos plantéatelo como un juego. Cuando lo lúdico toca tu proyecto, el corazón está garantizado. Animate a bocetar a lápiz, te aseguro que el resultado de tu proyecto será superador.


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