A la cebolla se la roba, se la pide prestada por tiempo indeterminado a la vía pública. El lugar de la cebolla es la calle.
Ella, en un momento es futuro, después es presente -porque, como dijo Carlos Alberto, "el futuro llegó hace rato..."- para luego convertirse en pasado. Un pasado soleado que va desgastando las gráficas de a poco, cargándolas de Vitamina D innecesaria para el papel y la tinta. Este collage acude al arranquismo para conversar entre los conceptos del pasado y del futuro. Cuando arrancamos los afiches visibles, buscamos el pasado, y cuando los dejamos a la vista salen a la luz las capas, como un mapa que delimita los poderes de ambos mundos. Esos límites con distintos planos cartográficos de diversos poderes no es más que un territorio, en donde esa territorialidad pide a gritos las epistemologías del sur de les intelectuales de retaguardia.
Tenemos cinco, siete u ocho afiches completos y figurativos, para rasgar, para cortar, para romper, hacia una propuesta abstracta. Entonces, los colores, las tipografías y las formas que estaban pensadas para comunicar conceptos específicos, legibilidades diseñadas para parar el tiempo de transeúntes o de vehículos varios, pasan a ser territorios en constante movimiento.
Esta obra se presentó en la 2ª Convocatoria del Premio Franklin Rawson a las Artes Visuales - San Juan 2021. Quedando seleccionada entre más de 150 obras de artistas de todo el país. Se expuso junto a otras 30 obras en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson en el periodo de diciembre 2021 a marzo 2022.


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